martes, 11 de septiembre de 2007

Del como llegue a ser el ojete quien soy.

Todo empezó casi desde mis inicios. La Escuela. De mi infancia recuerdo si solo escarbo. Lo único que recuerdo del Kinder es haber tocado el tambor en la asamblea. Mi patriotismo no se marco pero si mis influencias a conocer a futuro todo lo concerniente a lo militar.

De la primaria recuerdo no haber hecho nada. Siempre permanecí a la sombra de mis hermanos. Tu eres hermano de tal, tu hermana es tal, oye tu hermano el inteligente es tal. Cada año me tocaba un sermón de los maestros al escuchar mis apellidos, el problema de ser el menor de la familia. Recuerdo que casi nunca hice la tarea. Las matemáticas eran lo peor y siempre me destacaban en la lectura, tal era mi perfección que en una ocasión salí en la asamblea, una proeza para la mierda de estudiante que era. Aprendí a escribir al cuarto año, no por que fuera un tonto, sino por que me daba flojera. Un día mi jefa me regaño bien cabron que me hizo llorar y hacer la tarea en repetidas ocasiones y siempre me salía mal la letra. Esa noche, el Jefe me dijo como se hacia cada una de las letras. Al siguiente día cual fue mi frustración que la pinche maestra no me creyó que yo la había hecho y me hizo que la hiciera de nuevo. Sentí esa clásica mirada de los maestros tipo Los Años Maravillosos. Aparte de ello lo único que recuerdo en la escuela son varias estiradas de oreja y una que otra de patilla. Mi mayor delito fue que al salir el turno de tarde entrábamos a la escuela y hacíamos desmadre. El mayor de ellos o el mas importante es que dibujamos a una maestra con su esposo quien era maestro mió en quinto grado cogiendo en el pizarrón con palabras obscenas. A la mañana siguiente el maestro hizo su propia investigación del asunto. En ese momento descubrí que tenía talento para la actuación. La graduación X, no pude asistir por un problema de salud.

Entre a la secundaria quien sabe como, pero entre. El Primer grado la pase desapercibido acoplándome poco a poco. En segundo grado me juntaba con el guey de las cintas que ponían en la asamblea y que le seguía con su repertorio en el descanso. Siempre le sugerí poner al TRI pero nunca me hizo caso. De los días de clase no me acuerdo nada, solo que me salía constantemente. Era una tensión tipo al de una prisión el perrearte en la misma escuela. Era estupido, perreartela en la misma escuela sin salir. Cuando se podía aprovechábamos, era una fortaleza la pinche secundaria, solo podíamos salir si algunos suministros entraban o salían, era una destreza lograrlo y el que lo hacia se le respetaba cabron. Peleas había en la salida pero era demasiada la chavisa que nunca veías nada, por lo general te enterabas de los golpes a habladas de los demás y al final veías como quedaban los contrincantes. Todo era normal en la secundaria hasta que llegue a mi casa con una voz seca y mirada agachada. Reprobé. No hubo reprimendas, mas bien fue una defraudación. De 7 materias reprobé 5. Pase solo artísticas y educación física.

En ese tiempo hubo el primer cambio importante en el sistema educativo del estado. Los alumnos reprobados de todas las secundarias pasarían automáticamente al turno de tarde. El turno de tarde al ver tanto estudiante se saturo que imposibilito mi entrada. Para empezar el estar de tarde ya te hacia un raro, por no decir un perdedor. No quedaba otra que la nocturna. Era lo peor. El queme total. Eso fue lo que me distancio de las drogas y el desmadre común de la cuadra. Fuera de ello sin pensarlo en la cuadra gane respeto. “Ese guey esta en la nocturna decían”

Al llegar a la nocturna cual fue mi sorpresa que solo habían tres salones, uno para cada grado. De todos los alumnos solo conocía al Gaspar (que asi se llamaba) y a Estrella, una vieja compañera de primaria que no sabia por su inteligencia que hacia en ese lugar.

Fuera de que mis notas sobresalieron las perras seguían, solo que esta vez esa fortaleza de día por la noche era como estar en tu casa. Íbamos incluso a los bailes que se hacían en las canchas aledañas a la secundaria.

En segundo grado en la nocturna me enamore de mi maestra de artísticas. Rubia, ojos verdes, chaparrita y cuerpo de QUE PUTO PEDO ES ESO!!!! No recuerdo su nombre pero me hice notar como muchos de esa edad.

Bueno y que pedo tiene que ver todo esto con el titulo de este Post? Bueno, que fue en la nocturna donde empecé mis pininos de negociación, estrategia, tranzas y desmadres totales. Organizábamos peleas que eran legendarias, a puño limpio, no como en el turno de día que era a puro putazo en el suelo. Nunca me pelie, era un líder que nunca tuve que hacerlo. Por las noches cuando nos la perreabamos fumábamos yo y el Gaspar en la oscuridad, fue el inicio de ese puto vicio de mas de 13 años. Un sin fin de ocasiones evadíamos la vigilancia de la policía montada que circundaba la escuela adjunta a la secundaria donde pasábamos la mayor parte del tiempo cuando fumábamos antes de retirarnos a caminar entre la colonia. En la nocturna aprendí todo lo que soy hoy. El valor de la amistad, la traición, la negociación, el aprendizaje real de las cosas y no superficial como en la secundaria matutina te enseñaban, valores y responsabilidades. Recuerdo que me condicionaron asistir a la graduación debido a que días atrás había pateado uno de los baños y lo tumbe. Tuve que mentirle a un señor de la cuadra para que me prestara su maquina de soldar. Cruce media colonia con ella y en compañía de un camarada la soldamos. Podría decir cada detalle que me paso en esos dos años en la secundaria nocturna.

Ese fue mi paso exageradamente resumido de la secundaria nocturna, ya hablare de anécdotas de aquellos años.

Recuerdo que en mi infancia le hacia la lucha por mover cosas. Pensaba que lo podría lograr, pero no sucedía nada. ¿Por que tanta afición a ello? Mas que nada por que en aquel entonces por lo general hacia que las personas hicieran cosas con solo mirarlas. Una especie de telequinesis que nunca desarrolle y que poco a poco fui perdiendo. De ello solo quedaron algunos sucesos espontáneos en mi vida ya adulta. Tales situaciones me conllevaron a darme una filosofía propia metiéndome de lleno a la lectura convirtiéndome en un autodidacta. Coleccionaba documentales y me pasaba mas de dos horas diarias leyendo el periódico el Norte, hasta que me di cuenta de que mintieron en un asunto de Geopolítica. A partir de ese tiempo ya no volví a tomar en serio el periódico. Mi paso a la nocturna conllevo a no tener las amistades que frecuentaba al atardecer, ya que cuando me iba a la secundaria ellos apenas salían para el cotorreo y en el día estaban estudiando en el turno matutino, eso conllevo a lo antes mencionado. Me metí de lleno a la historia de la guerra y estaba al tanto de las modernas, como Somalia, Kosovo, y el seguimiento al asunto de Irak. Termine leyendo algo de Mao Tse Tung y algunos otros revolucionarios y lideres mundiales. Me hice fan de Franklin Roosvelt, Churchil y Hitler.

Termine enfermo de información. En dos años me había convertido aunque me de pena reconocerlo en una especie de psicópata. Pensaba que a cualquiera podía mandar a la verga y lo hacia. Hasta que comprendí que la demás gente también tenían una vida y era de respetarse. Todo por 5 materias reprobadas y el puto sistema verguero de mandar a los reprobados a otras escuelas o turnos.

El puto sistema me convirtió en lo que soy. En parte esta bien. No fui el clásico pendejo que asorrillaban de morro……… y que de grande también.

Je……………… como recuerdo esa pinche maestra rubia.

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