martes, 13 de mayo de 2008

Mini biografías. Doña Perkins.

Doña Perkins es la aseadora de las oficinas del jale. El apodo se debe debido a que esta muy ruca y traqueteada. Perkins es un motor setentero de fabricación inglesa el cual hace mucho ruido. También la conocemos como Doña Puta.

La vieja platica todo de todo, por eso hay que saber hablar con ella. Cuando tengo mucho jale me caga que asee la oficina y en ocasiones le digo que no lo haga para que no me moleste. Aun así la pinche vieja como quiera se queda a tirar barra. Tengo que hablar por teléfono cagado para que se retire ya que sabe que cuando ando cagado ando demasiado intolerable para cualquiera.

No nos importa pero la vieja confiesa todo, hasta le dice a medio mundo que su hijo ve porno. Que a cada rato cuando asea la casa le tira las películas VHS y que le dice, pero que aun el guey sigue comprando las películas.

En una ocasión platicaba con Harry Potter, un guey de tráfico que se parece al personaje. Yo estaba en mi escritorio y de lado el sentado en otro me miraba mientras yo le tiraba un rollo de un problema con su departamento. La vieja estaba trapeando y como vio que la platica estaba interesante en el sentido de que había chisme de que hablar, fue tan descarada que cuando hablaba yo, me miraba con el trapeador en mano deteniéndose, cuando hablaba el Harry solo voleaba la cabeza para ver que decía el guey, así de descarada.

Un día termino diciendo que se iría a trabajar en el aeropuerto de Guardia de Seguridad. Nomas se retiro y nos la empezamos a curar. Decíamos en que se había convertido la PFP.

Así era Doña Perkins, metiche de a madre. Ha generado muchos conflictos con la gente de Contabilidad provocando que viejas se metan a entablar pláticas con el de Recursos Humanos para ablandar peleas todas ellas generadas por los chismes de Doña Perkins.

Entre sus mejores chismes fue uno en donde decía que al Gerente lo iban a correr junto con a un guey de Contabilidad. El Guey de contabilidad le reclamo y la vieja se fue llorando con su pinche trapeador al verse descubierta de su chisme.

En la empresa yo me encargo de hacer todas las compras de lo que se requiere. Como el perfil del contador le permite chivearse de la papelería debido a que no le cabe todavía en la mente de que es Contador, el pide parte de la papelería y parte del material de limpieza. Como lo pide al Corporativo le tarda en llegar el pedido mas de dos semanas después de cuando lo hace, cuando conmigo es de un día para otro.

El punto es que el material de limpieza y papelería hay en el almacén, pero debido al mitote el material de limpieza que pide Contabilidad lo almacenan en el área de Recursos Humanos administrando el mismo Doña Perkins y el guey de Recursos, debido al supuesto mal uso de desodorantes, papel de rollo, etc.

Total, se les había acabado el rollo para el cagadero y me pidieron a mi. Justamente lo hicieron cuando me dirigía a las oficinas para con el Contador por un tramite pendiente. Al estar entre los pasillos el Gilbertillo, un guey que pidió jale de Vigilante y se la dieron de Auxiliar de Contabilidad, se dirige hacia mi.

Gilbertillo.- Que onda “Chavo” que cuentas o que?

Chavo.- Nariz aquí tirando barra… que cuentas o que?

Gilbertillo.- Nada que se dice o que?

Chavo.- No pos nada… Hay un fuerte rumor que dice que se están robando el rollo?

Gilbertillo.- Achis? Como esta eso o que?

Chavo.- Pos por hay me dijeron que el rollo lo esta escondiendo “Chabelo” en su archivero.

Chabelo.- Achis ahora yo…

Gilbertillo.- Quien dice o que?

Chavo.- Ya sabes, el extra de la mañana, la señora del aseo.

Gilbertillo.- Nombre ya sabes como es. ¿No supiste que la hice llorar cuando le reclame que por que estaba diciendo que me iban a correr?

Chavo.- Algo supe.

El Contador me entrego los papeles que estaba esperando cuando mientras me despedía dirigía mi vista a los mismos revisándolos y me dirigía a la salida del departamento, cuando me topo de frente a Doña Perkins esperándome con su trapeador dirigiendo su vista hacia mi. Como vi la silueta y estaba viendo los papeles no quise levantar la miraba para sordearme por completo de que me haya torcido de lo que habíamos hablado. La vieja nunca me reclamo.

Hay un chingo de historias de ese tipo con Doña Perkins, ya las contare. Prácticamente lo que la mantiene en el trabajo ese es el chisme.

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