lunes, 1 de octubre de 2007

El Monero que salio del closet.

Hace años fui a un bar que estaba de moda en Washington y Diego de Montemayor. El Kukos. Fui con el Fabela, un viejo camarada. Agarramos el pedo con madre. No se como paramos solos en ese lugar pero estábamos ahí.

En aquel tiempo los tarros en cantinas de media muerte como el Románticos en Reforma estaban a 7 pesos. Los del Kukos andaban como a 15. Era la época de decadencia y cierre de lugares fuera de horario como marca la ley. Los tables y antros cerraban a la hora exacta, 2 AM. El municipio se había puesto perro y no aceptaba moches.

Al antro llegaron 2 cabrones. Uno con mochila negra y pelo largo y otro medio anerdado con unos pliegos enrollados. El Fabela reconoció al del pelo largo y se sentaron en nuestra mesa. Resulto conocido en el movimiento de los comics, al parecer el guey era monero en uno de los periódicos locales y estaba trabajando en un proyecto. Todo el tiempo se la pasaron hablando del movimiento del comic y conocidos. Entre la platica resurgió el tema del proyecto del monero semifamoso y el medio anerdado mostró el pliego que portaba, que eran unos dibujos de su camarada. Le cargaba los tiliches.

Recuerdo que mientras platicaban el guey pregunto por mí, que a que me dedicaba. A lo que el Fabela me denigro que a nada medio sordeado. Eso no me molesto, me valía verga. Pero si me llamo la atención que lo dijo como dando a entender que era ese tipo de gueyes que quieren enseñarse a dibujar y siguen los moneros del momento, cosa que no era pero el guey se levanto.

Cerraron el lugar y nos retiramos. Ya despidiéndonos la “parejita” de moneros nos dijeron que si le queríamos seguir. Nosotros dudando por la situación de la ciudad les dijimos que si, pero que en donde, a lo que ellos nos guiaron a un lugar clandestino.

Caminamos Washington y el Fabela de desmadroso se subió a los carros ganándose el respeto de la parejita. Pasamos por el Palacio Federal y nos metimos por la calle 5 de mayo en lo que era antes el Bar llamado el Nandas había una puerta y el monero semifamoso toco. Se abrió una ventanilla y después de alegar un poco nos dejaron pasar.

Era un bar de puros rucos. Música vieja. Viejísima diría. El lugar olía mal y estaba sucio. Nos metimos al fondo del bar casi llegando al patio del bar que tenía escombro. Pedimos unas cheves a lo que yo y el Fabela pagamos. El lugar se empezó a llenar y nos topamos con un guey que era escritor el cual se nos unió a nuestra mesa por un ratillo. Las siguientes rondas las empezó a pagar el monero semifamoso. Yo y el Fabela nos sordeamos ya que estábamos demasiados cortos. Llego al lugar un guey que conocía a la parejita, el guey era chido pero tenia un defecto, era chiapaneco.

En aquel tiempo el asunto de Chiapas estaba todavía caliente. Yo y el nos agarramos acaloradamente hablando del tema. No me saco de lo que le refutaba. El guey estaba enfermo por que era su tierra y hablaba a lo pendejo. La discusión sobre el asunto político de Chiapas duro tanto que ni siquiera me di cuenta que el guey medio anerdado estaba sumamente pedo que empezó a balbucear. Entre lo que se le escuchaba mientras nos distraía de la platica política se escuchaba decir.

El guey medio anerdado.- Shi, si soy y que, me vale verga.

Chavo.- No si fíjate que de ese pedo la CIA ya sabía desde meses antes del conflicto y le dijo al gobierno mexicano que si necesitaban apoyo a lo que se negaron, el pinche Salinas ya lo sabia, no fue cosa de ese momento….

En eso el guey medio anerdado casi grita.- Siiii, soy joto y que? Cual es el pinche pedo? Yo quiero un chingo a ese guey.

Señalo al monero semifamoso que solo se avergonzó y nadie dijo nada al respecto. Se pagaron unas cheves mas y mientras fueron al baño yo y el Fabela sin avisar nos fuimos bien sordeados para no pagar las siguientes rondas que nos tocaban.

Después de tantos años pienso que en el baño al Medio Anerdado le bajaron de huevos el Chiapaneco y el monero semifamoso para que se callara el hocico ya que estaba descubriendo sus intereses. El monero semifamoso fue determinado por parte mía y del Fabela que se estaba matando al Medio Anerdado. Nunca los volvimos a ver.

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