sábado, 3 de noviembre de 2007

Clasicos del Chavo. Mis Vecinos. Capitulo. Doña Rica.

En el edificio 4 piso 2 departamento de la derecha vive Doña Ricarda, le decíamos Doña Rica, como si lo fuera. Total, ella era madre de un guey que no se cotorreaba mucho, de hecho hasta olvide su nombre, pero era respetado. El guey termino yéndose de su depa cuando se entero por medio de Doña Rica ya a los 25 años que era adoptado. A todos nos saco de onda ese pedo. Yo me entere de eso una noche mientras cenaba.

En fin, la pandilla había llegado al extremo total del desmadre que no pudimos evitar la caída de Doña Rica. Resulta que teníamos habilitada una banqueta que da a los edificios, con nada mas y nada menos que una sustancia recién encontrada en el monte. Era una especie como de bolitas de esas que se usan para la absorción de la humedad. Las esparcimos por un cuadro de la banqueta para esperar a la victima, la cual nunca llegaba. Hubo en ese momento un error de planeación al no definir quien daría la contra para los vecinos de mayor edad, que al ultimo instante nadie se atrevió a decirle a Doña Rica por temor a represalias para con sus padres, que no hubo de otra que verla caer.

Para cuando se dio cuenta Doña Rica de lo que había sucedido ya en el suelo, toda la pandilla yacía al menos de una cuadra del lugar. Quien fue? Nunca se supo, hubo ley de madriza para el que hablara.

En fin, Doña Rica termino siendo una ferviente católica y se cotorrea mucho en la actualidad con Doña Blanca. Suena chistoso el asunto pero.......... por diferentes circunstancias en las que ya no tubo nada que ver la pandilla, Doña Rica se seguía cayendo por las calles de la comunidad, que hasta en una ocasión se quebró una pierna.

Sigue caminando por las calles de la comunidad pero a un paso muy calmado, siempre bendiciendo a quien se le atreviese.

Como nota curiosa en medio de la calle su esposo también se cayo al tropezar con el cordón de la banqueta. No metió las manos para nada logrando ver como cayo en seco. Años después, la calle la cruzaba mirando a los dos sentidos antes de hacerlo, por si no venia ningún carro. El punto es que caminaba muy recio el señor, pero como quiera se fijaba a los dos lados como si de Juárez se tratara, pero no.......... estaba enfrente de mi puta casa.

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